Tuvieron que hacerle una cesárea porque cuando abrió las piernas no se sabía si era hombre o mujer. Debía ser hermafrodita, sí, seguramente...
Y la cesárea tuvo que ser así, de repente, sin anestesia; no tenían siquiera cerca una botella de whisky para darle un trago. Gritaba y gritaba, pero no había otra manera, cosas del destino o de lo que se había buscado. La sangre salía a borbotones y le salpicó la nariz, la boca y los ojos.
Y la cesárea tuvo que ser así, de repente, sin anestesia; no tenían siquiera cerca una botella de whisky para darle un trago. Gritaba y gritaba, pero no había otra manera, cosas del destino o de lo que se había buscado. La sangre salía a borbotones y le salpicó la nariz, la boca y los ojos.